lunes, 15 de junio de 2009

Adquisición de una segunda lengua

COMPETENCIA INTERCULTURAL EN LA ADQUISICIÓN DE UNA SEGUNDA LENGUA O LENGUA EXTRANJERA

El tema principalmente nace de la necesidad de comunicación intercultural en la actualidad, donde la globalización sugiere establecer vínculos comunicativos en donde es necesario el compartir al menos un código para hacer efectiva dicha intención, comunicarse, transmitir información, y a grandes rasgos, conocer y compartir culturas diferentes, lenguas de distinto origen, alimentar la tolerancia y el respeto entre individuos de diversas partes del mundo y comprender finalmente sus propias costumbres y formas de vida. Para ello, antes de adquirir siquiera componentes gramaticales de ninguna otra lengua, es necesario comprender la diversidad como índice fundamental y conocer, a medida que se va adquiriendo la nueva lengua, aspectos socioculturales que rodeen su origen.
El primer concepto que se debe tener claro es el de competencia intercultural. Se describe esta competencia como la habilidad que se tiene para comunicarse de forma efectiva y finalmente establecer relaciones con aquellas personas que no comparten la misma cultura, idioma u otras variables importantes. O más evidentemente, según Meyer (1991), “la competencia intercultural, como parte de una amplia competencia del hablante de una lengua extranjera, identifica la habilidad de una persona de actuar de forma adecuada y flexible al enfrentarse con acciones, actitudes y expectativas de personas de otras culturas”.
En este complejo concepto intervienen a saber, amplias disciplinas tales como la psicología, la lingüística, la antropología, la filosofía y la etnografía; que intentan desarrollar dicha competencia como un compilado de habilidades donde se incluyen habilidades cognitivas, afectivas y del comportamiento. Las primeras, referidas al conocimiento y conciencia de elementos comunicativos de la propia cultura y de otras. Las segundas, referidas a la emisión de respuestas emocionales positivas. Y las habilidades del comportamiento, a lo verbal y no verbal que evidencie adaptación al contexto.
Ahora, la evolución de dicha competencia aplicada al acontecimiento de la adquisición de una lengua luego de poseer una propia, conlleva numerosos procesos que bien requieren ser apoyados en una base docente muchas veces, o al menos preocupada, en que se alimente algo más que el mero conocimiento lingüístico para poder dominar una nueva lengua en cualquier contexto. Más explícitamente, no basta con aprender de memoria palabras y conjugaciones, sino que es fundamental para declarar adquirida la nueva lengua o comúnmente llamada L2, el conocimiento y práctica de dicha gramática a situaciones reales en que se deba no sólo llegar a la improvisación con facilidad, sino también a la conciliación de comunicación con contexto social, cultural, etc.
Es así como la competencia intercultural en la adquisición de una segunda lengua o de una lengua extranjera resulta mucho más fácil de desarrollar en el primer caso pues el hecho de vivir en el país de la lengua estudio proporciona una serie de experiencias y recursos del “aquí” y el “ahora” difíciles de conseguir cuando se estudia una lengua extranjera descontextualizada, como refiere Rico Martín (2004).
Llevando a cabo dicho orden de conocimiento, es que el desarrollo de la competencia intercultural se va gestando gradualmente, convirtiéndose desde un nivel mono cultural (donde el aprendiz se mantiene aun bajo el punto de vista de su propia cultura) a uno intercultural (donde se compara la propia cultura y la que es objeto de estudio), para llegar finalmente a un nivel transcultural (cuando el aprendiz actúa como mediador entre ambas culturas); como expone Meyer (1991). El objetivo se puede definir cuando el individuo que conquista esta segunda lengua, domina igualmente la lengua materna y la nueva adquisición.
La inminente necesidad de ser asistido por docentes o individuos que sean capaces de orientar en la adquisición de la segunda lengua o lengua extranjera, hace necesaria la existencia de metodologías adecuadas y efectivas. Dentro de estas destacan diversidad de textos orales y escritos, con cualidades como realismo, legibilidad, diversidad y coherencia, además de implantación de enseñanza a través de la simulación de cotidianeidad en conversaciones coloquiales y presentación de situaciones cotidianas. En cualquier caso, las actividades útiles para el desarrollo de la competencia intercultural son muy variadas; pero todas estas con el único fin de desarrollar lo antes referido como conocimiento sociocultural y contextualizado de la nueva lengua.


Referencia Bibliográfica:
Rico, A. De la competencia intercultural en la adquisición de una segunda lengua o lengua extranjera: conceptos, metodología y revisión de métodos. Porta Linguarum (3), ene. 2005. Recuperado de http://www.ugr.es/~portalin/articulos/PL_numero3/rico.pdf


Pamela Cerón
Francisca Olivares

1 comentario:

  1. Problemas de redacción y de referencias. Citan a Meyer, pero Meyer no está en las referencias del texto. Problema grave. Nota: 5,0.

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